Cada uno de nosotros construye un sistema de pensamiento formado a partir de nuestra experiencia de vida y la interpretación que de ellas hacemos. Interpretación co- construida por la cultura prevaleciente en el país y la ciudad específica en la que vivimos, la familia, los amigos, los grupos de los que somos miembros, nuestras características biológicas y emociones, ente otras variables. Desde el coaching éstos son elementos que conforma nuestra matriz interpretativa.
En la película Matrix, Morfeo dice: “Eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni oler, ni saborear, ni tocar. Una prisión para tu mente”. Morfeo le advierte del peligro: “Son las mentes de los mismos que intentamos salvar. Pero hasta que no lo hagamos, siguen formando parte de ese sistema y eso hace que sean nuestros enemigos. Tienes que entender que la mayoría de ellos no están preparados para ser desenchufados. Y muchos están tan habituados, dependen tan absolutamente del sistema, que lucharían para protegerlo”.
¿Hasta qué punto las reglas, las creencias, la estructura social, moldean y condicionan nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestra personalidad? ¿Quién decide por ti cuál es un olor agradable, una forma estética o la comida o ropa que te gusta? ¿Es acaso posible que nuestros gustos o las posibilidades que creemos tener, estén condicionados y limitados por un molde?
Matrix aborda el problema de lo real y el problema de la libertad valiéndose de estereotipos, simbolismos religiosos, literarios y de ciencia ficción. Como el vestuario de Neo que alude a la sotana de un sacerdote católico; las imágenes del Sagrado Corazón y la Virgen de Guadalupe; la ciudad subterránea de Zión; el Oráculo, de la cultura griega y el arquitecto, que puede sugerir una visión masónica de una deidad creadora.
La película nos plantea cuestionamientos como: ¿Qué es la realidad? “¿Qué es real? pregunta Morfeo: ¿De qué modo definirías real? Si te refieres a lo que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y ver, lo real podrían ser señales eléctricas interpretadas por tu cerebro”. Desde una postura fenomenológica (base del coaching ontológico), podemos decir que cualquier cosa que experimentemos como real “depende de la naturaleza del estímulo actual, de nuestras experiencias previas, del fondo o del escenario en el que el objeto está, nuestros sentimientos en el momento, nuestros prejuicios en general, deseos, actitudes y metas”.
Desde el coaching hacemos estos cuestionamientos, analizando el tipo de observador que somos, con el fin de reconocer si esta “realidad” o verdad en la que vivimos nos limita o nos da poder, si es auténtica o adquirida y si es un obstáculo o no, en mi plan de vida. Si “vivimos en mundos interpretativos”, ¿qué es lo real? ¿Quién decide qué es real? ¿A partir de qué verdad estoy actuando y a qué realidad estoy respondiendo? ¿Lo que interpreto es la realidad o es la fantasía de la que habla Matrix? El coaching nos invita a tomar conciencia sobre el hecho de que, lo que vemos, es únicamente nuestra propia interpretación del mundo.
El bien en “Matrix” es cuestión de opción personal, valores como la búsqueda de la verdad, la fidelidad, la amistad, el amor o el valor de la vida humana. La película pone sobre la mesa el papel del amor en la redención del mundo, así como la veracidad de las profecías religiosas. Lo importante desde el Coaching es saber que siempre estamos eligiendo, que la veracidad y los valores son efectivamente cuestión de elección personal. Vivimos la vida de acuerdo a estas elecciones y lo que queremos es hacernos conscientes de la matriz desde la cual elegimos. Somos nosotros quienes a cada momento construimos nuestra “realidad” y destino.
Matrix propone la libertad como desafío y el doloroso “nacimiento” al mundo real. ¿Quiénes somos?, ¿por qué estamos aquí?, ¿existe el libre albedrío o estamos destinados a actuar un guion prefijado por un arquitecto frío y calculador? “Cuando Morfeo intenta describir a Neo el verdadero estado de las cosas, le dice: “Bienvenido al desierto de lo real”, expresión que Jean Baudrillard empleó con frecuencia en su obra[1]. “La gran tesis de la segunda etapa teórica de Baudrillard fue precisamente la desaparición de lo real bajo un aluvión de representaciones, quedando sólo la posibilidad de la simulación”.[2]
“Por desgracia, -dice Morfeo- nadie puede decir lo que es la Matrix, tienes que verlo por ti mismo. Esta es tu última oportunidad, al hacer esto, no hay vuelta atrás. Si te tomas la pastilla azul, la historia acaba, despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Si te tomas la roja, te quedas en El País de las Maravillas y te enseño qué tan profundo desciende la madriguera del conejo”.
El proceso de coaching, nos abre la posibilidad de vivir en una “matrix” diferente, con una mayor conciencia sobre los límites que me impone mi particular manera de observar. De que soy libre y responsable de lo que interpreto, de mis actos, de mi lenguaje, de la forma en que me relaciono con los otros y de lo que logro a partir de ello.
¿Elegir tomar la cápsula azul o la cápsula roja? No hay escape, siempre estamos eligiendo. Al no elegir, elegimos no hacerlo y eso también tiene consecuencias.
[1] El Sistema de los Objetos (1969). Ed. Siglo XXI, México.
[2] Juan E. Fernández Romar en su artículo “Jean Baudrillard: El Filósofo de la Seducción”.